miércoles, 30 de marzo de 2016

La importancia del conocimiento de la lengua materna a la hora de aprender nuevos idiomas

Hace años que para ganarme algo de dinero mientras estudiaba quise a aprovechar que sabía idiomas y empecé a dar clases particulares de inglés y francés a niños de primaria y de la ESO. Lo sigo haciendo a día de hoy y cada vez me voy dando más cuenta de la importancia que tiene conocer bien nuestra lengua materna, en este caso el español.

Últimamente los métodos de enseñanza de lenguas han ido cambiando y se ve que el aprendizaje, gracias a estos nuevos métodos, va mejorando. Pero he notado que se está dejando un poco de lado la gramática. Los alumnos empiezan a aprender a base de escuchar y de hablar, lo cual es muy bueno ya que da soltura y ayuda a la comprensión, sin embargo, a la hora de escribir se notan las carencias y esto es porque no se conoce o no se ha estudiado bien las construcciones gramaticales, los tiempos verbales, el uso de las preposiciones… y la expresión escrita es igual de importante que la oral.  

Otro problema que detecté cuando empecé a enseñar el inglés y sobre todo el francés, era la falta de conocimiento de la lengua española. El no saber que es un pronombre, un tiempo verbal compuesto, las formas impersonales, los posesivos y un largo etcétera. Puede llegar a parecer una tontería porque al fin y al cabo estamos aprendiendo una nueva lengua que tendrá una sintaxis diferente, pero a la hora de aprender lenguas romances, en nuestro caso, tenemos más facilidad si conocemos nuestra lengua, al menos los elementos básicos para empezar, y debemos aprovechar eso lo máximo posible.

En el caso del francés, por ejemplo, ayuda mucho conocer los tiempos verbales del español, ya que tienen las mismas funciones y los mismos tiempos aunque unos se usen más que otros dependiendo de la lengua. Dada la complejidad que supone aprender los verbos franceses, si tenemos una buena base de los verbos en nuestra lengua nos será más fácil conocer cuándo se usa cada uno y cómo se construyen. (Ejemplo: Pretérito perfecto compuesto: auxiliar en Presente de indicativo + participio/Passé composé: auxiliar être/avoir en Presente de indicativo + participio pasado).

Por otro lado, si no tenemos reforzado este conocimiento siempre se puede empezar justo en este momento a intentar mejorarlo. Aún recuerdo como cuando al aprender los tiempos verbales en inglés empecé a entender la continuidad en el tiempo de las acciones, aprendí a diferenciar un imperfecto de un pretérito simple con el francés y aprender todos los pronombres y determinantes franceses me ayudó a reforzar los del español. Al igual que muchos de mis compañeros me han comentado.

Todo esto nos ayuda también a conocer más en profundidad una lengua de la misma forma que la conocemos hablándola y escuchándola. Siempre es curioso saber las diferencias y similitudes gramaticales que existen entre ellas, sobre todo para los frikis de la lengua como nosotros. Aun así, todo esto es bajo mi punto de vista, que puede estar afectado por la traducción ya que no conozco muchos métodos de enseñanza, pero después de mis años de experiencia ayudando a los niños a aprender me pareció curioso como el conocer bien tu propia lengua es una ventaja a la hora de aprender nueva, sobre todo si tienen orígenes similares y siempre es un buen momento para reforzarla.


 Ángela Parrado Romero

domingo, 27 de marzo de 2016

Y tú, ¿qué piensas tú de la traducción?

Desde que empecé a estudiar traducción hasta ahora que estoy en la recta final de mi carrera, siempre he escuchado diferentes críticas de personas ajenas a este mundo y casi siempre eran cosas que no tenían sentido o que básicamente hacían malas críticas sobre la traducción y su mundillo.



Traducción no debería ser una carrera.
¿Pero qué diferencia tiene la filología y la traducción?
Pero si hablas el idioma ya sabes traducir.
Yo no sé para qué traducen esto.
¿En serio no sabes traducir esto? Entonces para qué estudias traducción.
Y un largo etcétera.

Hace poco, me cansé de escuchar todas esas críticas y decidí hacerles la pregunta que encabeza esta entrada (¿qué piensas tú de la traducción?) a personas de mi círculo familiar y a mis amigos. Como si fuera una entrevista.

Les pregunté qué pensaban en general para ver como reaccionaban y después les hacía reflexionar, haciendo que me contaran como creían que influenciaba la traducción en su vida, en sus estudios, básicamente en el día a día. Para mi gran sorpresa, todas esas cosas que decían siempre acerca de la traducción se desvanecieron, y fue porque al hacerles pensar se dieron cuenta de que en realidad los traductores somos mucho más que el «diccionario con patas» que pensaban que éramos. Y aquí van algunos de los temas que tratamos:

En primer lugar, casi todos comentaron que la traducción es muy importante ya que «últimamente está todo en inglés». Aunque hubo alguna bromilla de algún amigo que comenzó diciendo que no servía para nada y que todos acabaríamos enseñando en un instituto, ja,ja,ja… En cuanto a lo del inglés, de unas 10 personas a las que entrevisté, solo un par no se centraron solo en este idioma, lo que me sorprendió, porque todos sabemos que no es el único idioma que existe… pero pude entender que es con el que están más familiarizados.

Cuando fui haciéndoles más preguntas relacionadas con sus carreras fue cuando ya empezaron a darse cuenta de la gran importancia que tiene la traducción. Una estudiante de Derecho se dio cuenta y se sorprendió porque sin el Derecho Romano y todos los textos antiguos puede ser que el derecho actual fuera diferente, al igual que la estudiante de Arqueología, porque qué sería de la historia sin la traducción de los textos, nos quedaríamos sin conocer muchas cosas del pasado, no sabríamos como pensaban las primeras civilizaciones que usaban alfabetos, cómo vivían en la antigua Grecia, podrían perderse grandes obras literarias de todos los tiempos…   

Por otro lado, una estudiante de Publicidad me comentaba que su carrera es joven en España y que por lo tanto no existía mucha bibliografía en español, entonces casi siempre trabaja basándose en expertos de habla inglesa y pensaba que sin la traducción su carrera no sería para nada lo mismo. Sin embargo, pensaba que probablemente si no existiera tanto material en inglés, los publicistas españoles se verían motivados para crear más «producto español». También observé que en un principio, antes de pedir que me lo relacionara con su vida y carrera, todo lo que me comentaba era que «La traducción es una carrera con muchas salidas porque ahora mismo todo el mundo se va fuera de España y es bueno saber idiomas».

Pero menos mal que luego se dio cuenta de que es mucho más que saber idiomas.
Lo que más me sorprendió era saber que, según mi amiga que estudia Medicina, los científicos siempre prefieren que traduzca uno de ellos o que simplemente el material se quede en inglés porque piensan que un traductor no puede entender su materia y puede hacer su trabajo mal. Algo sabía ya de esto pero no en profundidad y sinceramente me dolió como traductora. Los traductores podemos especializarnos en determinados campos y si no está especializado puede llevarse horas y días para documentarse bien sobre un tema y hacerlo bien, además puede contar con la ayuda de expertos. Y en cuanto a que prefieren dejarlo en inglés, no siempre me parece buena idea porque no todo el mundo tiene la capacidad de entender bien un idioma y esto puede hacer que ese médico o científico no pueda acceder a determinados materiales por la barrera del idioma. Como otra amiga me comentaba:
«Sin la traducción nos perderíamos grandes películas, obras literarias, videojuegos… simplemente por la barrera del idioma».

Y como decía ella, a algunos no nos importa porque solemos consumir productos en inglés y podemos manejarnos con el idioma, pero nuestros padres, abuelos o gente que no domina la lengua se quedarían sin poder disfrutar de todo esto y el inglés no es el único idioma que existe. Sin embargo, había gente que me comentaba que aunque los traductores son muy importantes en la sociedad,  por culpa de la traducción de películas, series y novelas, el nivel de inglés en España es tan bajo en comparación con otros países en los que consumen todo esto en VO desde que son pequeños.

Por último, quería comentar que la mayoría de ellos pensaban que lo único que le hace falta a un traductor es saber idiomas, y esto me hizo pensar que es por eso que no entienden la diferencia entre un traductor y un filólogo o nativo.

Con todo esto quiero hacer ver que lo que los traductores somos en realidad, mediadores culturales y no diccionarios con patas porque todo depende del contexto y necesitamos documentarnos antes de hacer una buena traducción, no solo para que el pesado de turno critique tu traducción porque no se ha traducido como el piensa que es, sino por hacer bien su trabajo y que se entienda bien en la cultura de destino. Para terminar, os invito a todos los traductores a que hagáis este experimento con vuestros amigos y familiares si todavía no lo habéis hecho, se pasa un buen rato y además enseñas y te enseñan. Muchas gracias a los que participaron.  

Ángela Parrado Romero


miércoles, 23 de marzo de 2016

Ganar experiencia ayudando

Hoy quiero hablaros de mi experiencia como voluntaria en Cruz Roja como profesora de español para inmigrantes.

En primer lugar, hay que decir que Cruz Roja ofrece una amplia oferta de voluntariado que incluye muchísimos servicios a la comunidad. Al principio opté por el proyecto que ellos mismos llaman «ludoteca», es decir, jugar con los niños ingresados en el hospital. Fue una experiencia agridulce. Por un lado disfruté volviendo a ser niña con ellos, pero por otro tienes que estar preparado psicológicamente para ver cosas que puedan impactarte, sobre todo por ser niños, y yo no lo estaba.
Después de dos años disfrazándome de payaso y regalando sonrisas, decidí cambiar de ámbito y meterme en lo que realmente disfrutaba: las lenguas. Me enteré de que Cruz Roja ofrecía un voluntariado, que precisamente en ese momento necesitaba gente, para impartir clases de español a inmigrantes que, en su mayoría, por no decir en su totalidad, eran africanos. Decidí probar y la experiencia fue maravillosa.



El proyecto consistía en ayudar a los inmigrantes a defenderse en español, al menos en las situaciones que podrían darse en el día a día, tanto en expresión como en comprensión, a través de fichas y actividades lo más aplicadas a la vida cotidiana posible. Funcionaba por niveles, y evidentemente cuanto más alto es el nivel, más sencillo resulta para el profesor, porque eso significa que la persona que quiere aprender tiene cierto dominio de la lengua. La meta de este proyecto es conseguir que los inmigrantes hablen el máximo español posible para poder aumentar sus posibilidades de encontrar trabajo.

Al principio estaba un poco perdida. Mi primera alumna fue una chica de 26 años que, por suerte, hablaba francés como segunda lengua, por lo que lo tuve un poco más sencillo a la hora de explicarle la gramática sobre todo, e incluso hablaba algo de español.

La primera dificultad real se me presentó a los cuatro meses de haber empezado, cuando ya tenía algo de experiencia y decidieron ponerme en el nivel básico (como no contaban con muchos voluntarios, cualquiera con la más mínima experiencia pasaba a ese nivel), y se me presento la siguiente situación: un hombre de unos 30 años que no conocía ni si quiera nuestro alfabeto. El primer día, entré en el aula y, por lo que entendíamos de sus gestos, su primera reacción fue negarse a recibir clases de una mujer (era de religión musulmana) y exigía hablar con un hombre. Poco a poco le hicimos entender que nuestra cultura era diferente y que tendría que adaptarse. Supuso un verdadero reto, pero con paciencia y esfuerzo, conseguimos incluso que este hombre encontrase trabajo. Hoy es un hombre con trabajo digno y estable y una familia, e incluso tiene acento andaluz.

Podría contar mil anécdotas de mis dos años como voluntaria, pero he escogido estos dos porque son los que mejor resumen la experiencia: es cierto que hubo momentos buenos, pero también los hubo difíciles, pero de todo se aprende y cuando ves los resultados y cómo has ayudado a alguien que lo necesitaba, te das cuenta de que mereció la pena.

Lo que más me llamó la atención fue la voluntad y el esfuerzo que le dedicaban tanto los que querían aprender como los que querían enseñar. La importancia del compañerismo fue una de las cosas que aprendí: a veces la situación complicada me tocaba a mí y otras veces era a otro compañero, pero nos apoyábamos mucho.

Lo mejor de todo es que es un trabajo recíproco, es decir, yo les enseñaba, pero también aprendí muchas cosas de ellos, tanto de lenguas como en el ámbito personal. Y para una estudiante de traducción e interpretación como yo, este choque de culturas y lenguas fue ante todo alucinante.
Pero lo más importante es que adquirí muchísima experiencia en el sector de la enseñanza, porque además algunos de los voluntarios eran profesores que trabajaban en institutos y en sus tardes libres iban a ayudar, e incluso profesores jubilados, y todos nos daban consejos y nos ayudaban en lo que podían.


En Idiomas Sevilla, ofrecemos cursos de preparación para profesores de español. Si estás interesado, no dudes en consultar nuestra página web o en contactarnos.

María Jesús Ortega López

domingo, 20 de marzo de 2016

¿Trabajar por dinero o por vocación?

Cuando solicité plaza en la carrera de traducción e interpretación, lo que más me motivaba era la traducción editorial y más concretamente la literaria. Desde que era muy pequeña, el meterme en la cama con un buen libro y un vaso de leche es mi momento favorito del día. Un día, cuando era aún pequeña, leyendo Alicia en el País de las Maravillas, le dije a mi abuelo que me encantaba la historia y que estaba disfrutando mucho de su lectura. A lo que mi abuelo (que me inculcó el amor por la literatura) me respondió «dale las gracias al escritor por la idea, pero dáselas al traductor por poder leerlo». Y desde ese momento supe que la traducción literaria era lo mío; que quería acercar las historias que se contaban en otras lenguas a aquellos que no pueden leer el original.

Este año al fin, en cuarto y último curso, he podido cursar la asignatura de traducción editorial y lo primero que nos dijo la profesora fue que los traductores en este tipo de textos pasamos a ser creadores, pero también dijo que es la traducción peor pagada y la menos reconocida, y que muy poca gente puede vivir solo de traducir libros. Y la pregunta que yo me planteo es la siguiente: si los traductores literarios pasamos a ser creadores, es decir, que tenemos más libertad y tenemos que recurrir más a la capacidad creativa ¿por qué se nos deja en la portada interior del libro y no es la cubierta como muchos traductores reivindican? ¿Por qué somos los que tienen tarifas más bajas siendo una de las traducciones más complejas? Si bien es cierto que la idea es del escritor, el traductor debe hacer un ejercicio de adaptación cultural que, en muchas ocasiones, implica reescribir el texto de cero, con la dificultad añadida que supone el hacerlo con un registro literario que, en algunos casos roza lo poético, teniendo siempre presente las ambigüedades, los juegos de palabras y los recursos literarios.  Además, al igual que en los demás tipos de traducción, se necesita documentación previa en muchos casos, como en un libro histórico, por ejemplo.

Por poner un ejemplo, en el caso de la traducción de un poema, tenemos que tener en cuenta tanto la rima, como el contenido del poema, el tipo de estrofa etc., y lo paradójico es que, a pesar de su complejidad, se nos reconoce el trabajo al no ser reconocidos por el lector. Y solo se habla del traductor cuando algo del escrito no nos convence. Sin ir más lejos, está el caso de los libros de la saga Outlander, Forastera en español. Son un total de ocho libros publicados y traducidos hasta el momento, de no menos de quinientas páginas cada uno y que ahora mismo tienen muchísimo apogeo por el estreno de la adaptación televisiva basada en los mismos. Los libros  se han hecho especialmente famosos en España, además de por lo ya dicho, porque la traducción tiene omisiones considerables (hablamos de hasta capítulos enteros). La editorial ha sacado una reedición, en este caso sin omisiones, y no se ha hablado del gran trabajo que ha hecho el nuevo traductor, que ha tenido que mantener el estilo del traductor anterior para que a los lectores fieles no les impacte un estilo completamente nuevo y se note el cambio de pluma, y añadir texto a lo ya escrito.

Además, deberíamos tener en cuenta que, si hablamos de España, el sector editorial recibe su mayor porcentaje de beneficios de obras extranjeras, es decir, de traducciones.
Si algo es innegable, es que los traductores en general y los de textos literarios en particular deberíamos tener reconocimiento en igual medida por nuestros errores y por nuestros aciertos. Además de que las tarifas no son justas de acuerdo con el tiempo invertido, la extensión y la dificultad del texto.

Por sacar algo positivo de esta situación termino el artículo citando de nuevo a mi profesora de traducción editorial: «Todo tiene su lado bueno y su lado malo. La situación es triste, pero, al ser el tipo de traducción que peor situación presenta en el mercado laboral, lo más seguro es que solo encuentres buenos profesionales en el sector, puesto que hacen su trabajo por vocación y no por dinero o reconocimiento, ya que no recibirán apenas nada en ambos casos».

Si queréis saber más datos sobre la situación del mercado de la traducción editorial, os dejo un enlace del Ministerio de cultura con datos muy interesantes: http://www.mcu.es/libro/docs/MC/CD/TRADUCCION_2010.pdf

María Jesús Ortega López


miércoles, 16 de marzo de 2016

La experiencia al alcance de tu voluntariado


Siempre nos dicen que necesitamos experiencia para encontrar trabajo, pero, claro, si nadie nos contrata, ¿cómo vamos a conseguirla? Os traigo una idea, que puede que no a todos os resulte atractiva, pero con la que se obtiene mucha experiencia y que en nuestros currículos queda muy bien: el voluntariado.

Aunque sabemos que nuestro tiempo es oro y queremos cobrar por él, esta es una forma de empezar muy buena. Os contaré cómo me ha ido a mí.
Como ya es mi último año de Traducción e Interpretación, le tengo un poco de miedo a eso de salir al mercado laboral. Empecé a buscar trabajitos y una profesora un día nos comentó el tema de hacer voluntariados como traductores, ya que contamos con la facilidad de que suelen ser online y sin mucha presión en los plazos. Empecé mirando voluntariados en ONG, así podía ayudar a la vez que ellos me ayudaban, pero encontré que casi todos sus documentos eran muy especializados, incluso documentos jurídicos y, como nunca he hecho nada así y me parecía que era demasiada responsabilidad, lo acabé descartando.  
También estuve mirando revistas culturales online y ayudé en la traducción de un artículo, pero la cosa es que, una vez enviado, nunca recibí respuesta y no sé dónde fue a parar mi trabajo, si al final lo publicaron o no. Por esta razón, dejé de traducir para aquella revista.

En la universidad, hemos visto varias veces vídeos de la página TED e incluso una profesora nos estuvo comentando que todo lo que se traducía o la subtitulación los realizaban voluntarios, simplemente por amor al arte. Así que, hace poco, le estuve echando un vistazo y me gustó. Promueven el contacto entre culturas, el trabajo en equipo y, lo más importante, que la información y la cultura lleguen a todos. Por ello, TED cuenta con más de 15 000 voluntarios y se traducen sus charlas a más de 100 idiomas. Solicité el trabajo, ya que tienes que comentarles por qué quieres el trabajo y qué idiomas y nivel tienes. Me aceptaron. Ahora estoy en la pequeña fase de formación, ya que tienes que aprender cómo subtitular y cómo funciona su página.

En mi caso, voy con un poco de ventaja ya que realicé un curso de traducción audiovisual en P4Traducciones, que me ayudó a conocer los intríngulis de este tipo de traducción. Hay que tener en cuenta cosas como el espacio que ocupa el subtítulo o el tiempo durante el que aparece, en lo que se falla bastante aunque nos parezca algo obvio. Además, aprendí a usar alguna herramienta de subtitulación y trucos muy útiles que me sirven para este y otros trabajos.


¡Os lo recomiendo encarecidamente! La experiencia al alcance de tu voluntariado. 

Fátima Felipe

domingo, 13 de marzo de 2016

Premios ATRAE

Este año va a tener lugar la cuarta edición de los Premios ATRAE (Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España), que llevan en marcha desde 2013.
ATRAE  promueve desde 2010 la visibilidad, los estándares de calidad en el trabajo y la unión y comunicación de los traductores españoles especializados en traducción audiovisual.

La finalidad de los Premios ATRAE es dar reconocimiento a los mejores trabajos de traducción dentro de los diferentes campos del mundo de la traducción audiovisual. En cada edición, se valoran las traducciones que se hayan llevado a cabo en España a lo largo del año anterior y se eligen ganadoras las que sobresalgan por su calidad y creatividad.
Los aspirantes pueden presentarse a las diferentes categorías que en la actualidad se considera que componen la traducción audiovisual. Estas son: doblaje, subtitulación, subtitulación para sordos, audiodescripción y localización de videojuegos.

El concurso abarca tanto las obras proyectadas en salas de cine como en formato televisivo, en línea o en DVD. Además, se admiten traducciones en cualquiera de las lenguas cooficiales del país (¡Es una muy buena oportunidad para la normalización de las lenguas minoritarias!).

Además, desde la edición de 2014, se concede también el premio Xènia Martínez a las personas que, tal y como Xènia hizo a lo largo de su vida, se esfuerzan por dignificar nuestra profesión. El año pasado, por ejemplo, este premio lo ganó Jorge Díaz Cintas por su gran labor de investigación en subtitulación.

Las traducciones que compiten en este concurso son nominadas por los socios de la Asociación, los cuales pueden presentar hasta tres candidaturas por cada especialidad. Luego, cinco jurados formados por expertos en sus respectivas secciones toman la decisión final sobre quién debe ser el ganador.

Este tipo de concursos, junto con otros como el LocJam (una competición global de localización de videojuegos a la cual hace un tiempo dedicamos una entrada: http://idiomas-sevilla.blogspot.com.es/2015/02/locjam-una-oportunidad-de-oro-para-los.html) son realmente importantes a la hora de dar la tan necesaria visibilidad a la profesión del traductor. Por desgracia, en la mayoría de casos los traductores solo llamamos la atención cuando cometemos un error, o cuando una decisión que nosotros consideramos la más adecuada no encaja con las expectativas del público.

«- Te quiero, Pumpkin.
- Te quiero, Honey Bunny.»

Esta escena de Pulp Fiction dejó patídifusos a la mayoría de los espectadores españoles.

Gracias a organizaciones como ATRAE, los que nos dedicamos a esta profesión podemos llegar a darnos a conocer, no por nuestras meteduras de pata, sino por el gran amor y esfuerzo que ponemos en todas y cada una de nuestras traducciones.
El lugar y la fecha de la gala de este año todavía está por confirmar, pero podéis manteneros al día en la página web oficial de los Premios ATRAE: http://premios.atrae.org/
¿Tendréis la suerte de ser seleccionados algún día? ¡Quién sabe!


Cristina Puig Reig

Los secretos escondidos tras la traducción de Harry Potter


Muchos nos hemos leído  los libros o visto las películas de esta saga y hemos caído rendidos a sus pies. ¿Qué pasaría si os dijeran que en versión original esconde innumerables secretos? En este artículo vamos a contarles algunos de ellos, el significado de algunos nombres y sus traducciones.  Nunca es tarde para enamorarse aún más de esta saga y de su imaginativa escritora.

A la hora de traducir el primer libro, el traductor tuvo que decidir entre dar prioridad a la coherencia, y mantenerlos todos en inglés, o dársela a la carga semántica y traducirlos. En español parece que optaron por la primera opción.

¿Por qué no se ha traducido a ninguna lengua el nombre de nuestro valiente protagonista? Esto escapa de las competencias del traductor ya que se debe a razones de copyright.
Muchos de los nombres describen a los personajes: Todos conocemos a Neville Longbottom, un personaje esencial, cuyo apellido es uno más para los lectores españoles. Pero en realidad este significa culo gordo, lo que quiere reflejar la característica torpeza de este personaje. Lo mismo pasa con su primo: Aunque ya sabemos que Dudley Dursley es un poco inepto, esto queda muy claro en inglés. La autora hace un juego de palabras con ‘dud’, que significa inútil, para que no olvidemos como es su queridísimo primo.
Su enemigo en Hogwarts, Draco Malfoy, esconde un nombre muy desafortunado: «dragón de mala fe». En español, como ya sabemos, se mantiene mientras que en francés si se traduce por su equivalente, Malafoy. Con el nombre de su padrino, Sirius Black, Rowling quiere que tengamos presente que se transforma en perro: Sirius es una estrella más conocida como «the dog star» y Black resaltar el color negro de su pelo cuando se transforma En los Países Bajos vemos que es Sirius Zwart, negro.

Dos de los profesores más constantes también esconden un secreto: la profesora Sprout pierde la conexión entre su apellido, que significa coles de Bruselas, y su clase, herbología. Lo mismo pasa con el profesor Binns, cuyo apellido suena como papelera o basura, con el que hace referencia a sus aburridas clases.

Hay varios nombres que, por su origen latino, tienen un significado más cercano para nosotros: Albus Dumbledore, Albus de blanco, y Dumbledore del inglés antiguo, abejorro, aunque la autora también quiso jugar con doré, dorado en francés; Minerva, más conocida como la profesora Mcgonagall, recibe su nombre por la diosa de la sabiduría; y Remus Lupin, cuyo apellido proviene de la palabra lobo, ya sabemos porque, y su nombre, Remus, que tiene cierta similitud con Remo, uno de los gemelos fundadores de Roma alimentado por una loba. Lord Voldemort, como ha explicado la autora recientemente, significa «vuelvo de la muerte» en francés. Todos los idiomas suelen mantener Voldemort pero sí que cambian su nombre verdadero para poder conservar el anagrama de la segunda película, «yo soy Voldemort». Vemos estos cambios en francés, Riddle Elvis Jedusor, en islandés, Trevor Delgome, o en alemán, Marten Asmodom Vilijin.
En otros casos, se han realizado modificaciones pero no por su significado, sino por la fonética, como Hermione que lo han transcrito en idiomas como alemán, polaco o checo.

Esto no solo pasa con los nombres de los personajes, sino también con otras palabras que solo existen en el mundo de J. K. Rowling. La palabra Muggle, que se refiere a las persona no mágicas,  viene de mug (careto) y bungle (hacer algo con torpeza). En un idioma cercano al nuestro, el italiano, se tradujo por Babano, palabra que se parece a babbeo (tonto).

Los nombres de las casas también tienen cierto significado que no vemos es español con claridad ya que no están traducidos ni adaptados:
Griffindor, que se refiere al animal mitológico, grifo de oro, se adapta por ejemplo en italiano o portugués (Grifindoro y Grifondória, respectivamente). Ravenclaw hace referencia al cuervo, por lo que en italiano optaron por corvonero, añadiendo también el matiz del color. Slytherin, como no podía ser menos, se asocia con las serpientes, lo que se ve con claridad en italiano, Serpeverde, y en portugués, Sonserina. El origen de Hufflepuff es un poco más misterioso, pero se piensa que viene de «huff and puff», que significa ventoso, modismo muy relacionado con la historia de Los 3 Cerditos.

Aunque se nos habían escapado algunos de estos significados debido a los complejos juegos de palabras o la falta de traducción, ahora los vemos con otros ojos. Debemos de tener en cuenta que si lo hubiésemos traducido todo al español, como sucede en francés, perderíamos el toque británico del mundo de Harry Potter.

¿Seguís intrigados? Echadle un vistazo a este trabajo de Gisela MARCELO WIRNITZER e Isabel PASCUA FEBLES donde encontraréis toda esta información y mucha más: <http://www.aieti.eu/pubs/actas/II/AIETI_2_GMW_IPF_Traduccion.pdf>


Fátima Felipe

jueves, 10 de marzo de 2016

¿Y si hoy hablamos con las manos?


Inglés, francés, alemán, ruso, chino, japonés… traducimos e interpretamos estos idiomas para facilitar la comunicación entre usuarios de culturas diferentes, pero, ¿qué pasa con las barreras nacionales de la comunicación?
Hoy quiero destacar el papel de los intérpretes de la lengua de signos, aquellos que eliminan las barreras entre sordos y oyentes. Para ello os voy a hablar un poco de la Lengua de Signos Española.
La Lengua de Signos Española, lengua y no lenguaje, es una lengua que lleva muchos años de lucha por parte de las organizaciones por la defensa y reconocimiento de los derechos de la Comunidad Sorda, en el año 2007 por fin se aprobó la ley 27/2007 donde se ‘reconocen las lenguas de signos españolas y regulación de los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas’.

     ¿Sordos o sordomudos?
«El colectivo de personas sordas es muy diverso. En esta variedad influyen factores relacionados tanto con el tipo de sordera (momento de aparición, lugar de la lesión, grado de pérdida auditiva), con las formas de comunicación utilizadas, con diversas características individuales (edad, etc.) como con el contexto familiar, educativo y social.
En España, las personas sordas se comunican de diferentes formas. Para algunas la lengua de signos española o la catalana es su primera lengua mientras que para otras lo es la lengua oral; las hay que dominan ambas lenguas (signadas y orales) y se sienten igualmente cómodas con las dos según en qué contextos y situaciones mientras que para otras, una de ellas es la que predomina o la única que utilizan» (Fundación CNSE,
http://www.fundacioncnse.org/).

Como estudiante del Grado de Traducción e Interpretación en la Universidad Pablo de Olavide tuve la oportunidad de elegir entre mis optativas las asignaturas de ‘Lengua de signos I’ (en el 3º año), ‘Lengua de Signos II’ e ‘Introducción a la Interpretación de Lengua de Signos’ (4º año). ¿Pueden considerarme una intérprete de LSE al haber cursado estas asignaturas? Puede que algunos, por desconocimiento, erróneamente sí lo hagan, pero la verdad es que es necesario ampliar esta formación ya sea mediante cursos de LSE o a través del ciclo formativo de Técnico Superior en Interpretación de Lengua de SignosDependiendo de hasta dónde quiera llegar uno con su formación en la materia.

A continuación os expondré algunas características de las Lenguas de Signos:
-       Utilizan el canal visual y gestual, frente a las lenguas orales que utilizan el canal auditivo y oral.
-       Manos, brazos, tronco y rostro son los lápices en LS.
-       La unidad mínima con sentido es el signo.


En la siguiente imagen podréis ver el alfabeto dactilológico de la LSE que me ayudará a explicaros algunas falsas creencias de esta lengua:
  

   
1.      La Lengua de Signos NO es mímica, aunque es un recurso que puede ser utilizado.
2.      La Lengua de Signos NO es universal, al igual que ocurre con cualquier idioma, las Comunidades de Sordos se extienden por todo el mundo, presentando sistemas lingüísticos diferentes, incluso en el mismo país como es el caso de España (LSE y la LSC en Cataluña). Por otra parte, como ocurre con otras lenguas, la LS también consta de diferentes variedades lingüísticas, es decir, puede haber diferencias léxicas en la LS utilizada en Andalucía frente a la utilizada en Asturias, por ejemplo.
3.      La Lengua de Signos NO se reduce al alfabeto dactilológico, como ya he dicho, la unidad mínima con sentido es el signo; el alfabeto dactilológico es un recurso que consiste en representar cada una de las letras del alfabeto mediante la forma o configuración de la mano. Este sistema se utiliza por las Comunidades de Sordos en contextos muy restringidos.

   Si decidimos hablar con las manos tendremos que tener en cuenta que los signos están constituidos por siete parámetros formacionales:
-          La configuración y forma que adoptan las manos;
-          El movimiento que realizan;
-          Su orientación;
-          Su contacto con el cuerpo;
-          El lugar de articulación del signo lingüístico;
-          El plano en el que se coloca el signo;
-          Los componentes no manuales (la expresión facial).

Una de las razones por las que he decidido hablaros de este tema es porque también en Traducción y más concretamente en la Traducción Audiovisual estamos eliminando las barreras sordo-oyente gracias a la accesibilidad de los medios de comunicación a través de la subtitulación para sordos y la audiodescripción para ciegos.

Espero que esta entrada os haya ayudado a conocer un poco más en consiste la Lengua de Signos Española. 

Aquí os dejo un artículo muy interesante sobre ‘la accesibilidad a los medios de comunicación audiovisual a través del subtitulado y de la audiodescripción’, acceso en: http://cvc.cervantes.es/lengua/esletra/pdf/04/020_diaz.pdf

Gema B. Cantero