Según la RAE (2016), cuando hablamos de medicina hablamos
del: «Conjunto de conocimientos y técnicas aplicados a la predicción,
prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas y, en su
caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan producir». Se trata así de
un campo científico extremadamente amplio y que, por tanto, puede llegar a
asustar a un recién graduado en Traducción e Interpretación o, por qué no, a un
traductor con experiencia que decida especializarse en medicina. Y es que
cuando nos referimos a la traducción médica, no solo nos referimos a las
distintas especialidades de dicho ámbito como son la pediatría, la cirugía o la
radioterapia; sino también a otras ciencias indudablemente relacionadas como la
bioquímica, la microbiología o la farmacología (Ponte 2014).
Perfil del traductor médico
Está bien. Y si
después de darme cuenta de lo imponente que es tal campo de especialidad,
decido lanzarme, ¿cómo sé si encajo en el perfil? Lo que está claro como el
agua es que el traductor médico debe poseer una amplia formación, además de ser
profesional de los pies a la cabeza.
Algunas de las
características generales que dicho perfil exige son: «conocimiento
del idioma origen; conocimiento del idioma nativo del traductor; conocimiento del
tema objeto de la traducción; y formación médica adecuada y actualizada»
(Navascués y Hernando 1998: 148, citado en Muñoz 2009:159). Como vemos, la
mayoría de estas características son comunes a las de otras áreas de traducción.
Existen, además, aquellos que defienden que pueden darse dos candidatos para
dicho perfil. Por un lado, aquellos médicos con capacidades lingüísticas. Y por
otro lado, traductores con formación en Traducción e Interpretación que más
tarde adquieran los conocimientos de medicina necesarios. Entre los autores que
defienden dicha postura, encontramos a Balliu o a Navascués y Hernando.
Sin embargo, ante tales exigencias por parte de
dicha ciencia, lo primero que asalta nuestra mente es: ¿cómo puedo recibir una
adecuada formación en traducción médica? Bien, respondiendo a tal cuestión,
Navarro (Márquez 2000, citado en Muñoz 2009:159) critica la carencia de oferta
de formación en nuestro país de cursos monográficos de especialización en
traducción médica y la necesidad de la formación autodidacta en el propio
mercado laboral. No obstante, existen algunas posibilidades bastante
interesantes a nuestra disposición como el «Máster Universitario en Traducción
Médico-Sanitaria» de la Universidad Jaume I; el «Máster en Traducción
Científico-Técnica» y el «Máster en Traducción Biomédica y Farmacéutica» de la
Universitat Pompeu Fabra; y el «Máster Universitario en Comunicación
Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos» de la
Universidad de Alcalá. Aunque si se quiere realizar algo que exija menos
tiempo, en Trágora ofrecen un curso online de 180 horas repartidas en un
período de doce semanas: «Especialista en traducción médica EN>ES».
Situación en nuestro
país
A continuación, trataremos de responder a la
pregunta del millón: ¿con qué situación se encuentra el traductor médico una
vez ya formado en España? A pesar de la tan cansina crisis de la que parece que
España no se resarcirá nunca, el sector de traducción más demandado es sin duda
el científico-técnico. Pero, claro, de nuevo nos encontramos ante un campo de
gigantescas magnitudes. Desde el punto de vista del traductor cuya combinación
lingüística es EN>ES y dentro del vasto mundo científico-técnico, el tipo de
traducción más demandada es la traducción informática, como era de esperar en
una sociedad que vive sumergida en ella. Sin embargo, nuestra amada traducción
médica no se queda mucho más atrás y obtiene el segundo puesto, compartido con
la traducción técnica (manuales de herramientas y aparatos). En el tercer lugar
del ranking nos encontramos con la traducción jurídica, amada por unos y odiada
por otros (Anguita n.d.:369-370).
Conclusiones
Desde la perspectiva de una estudiante casi graduada
en Traducción e Interpretación, parece que hay futuro para aquellos traductores
novatos que pretendan dedicarse a este sector. Se trata tan solo de una mera cuestión
de formación. La traducción médica es un ámbito de la traducción para el que
hay que estar bien preparado, por lo que debemos tener todo nuestro armamento
cargado. Tenemos que tratar de ser esponjas, absorberlo todo a nuestro paso. Y
no solo hablamos de los idiomas, sino que hablamos de formarnos mediante
cursos, másteres y todo cuanto haya a nuestra disposición. Una vez ya formados,
tan solo nos queda decidir si queremos empezar trabajando con una empresa de
traducción o como freelance, cosa nada aconsejable para alguien que
acaba de salir al mundo laboral. En definitiva, el campo de la traducción
médica es un campo en el que abunda la demanda de trabajo, pero no la oferta de
formación, algo bastante paradójico. Solo queda esperar que las universidades
se replanteen los planes de estudio y pongan a disposición de los alumnos más
másteres y cursos relacionados con este ámbito.
Bibliografía:
Anguita, J. M. n.d., La traducción científico-técnica:
situación actual en España. Disponible en: <http://cvc.cervantes.es/Lengua/esletra/pdf/01/026_anguita.pdf>.
[24 febrero 2016].
Muñoz, A. 2009, El perfil del traductor médico:
diseño de un estudio de corte socioprofesional, Panacea, vol. 10, n.º 30,
pp.157-158. Disponible en:
<http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n30_tribuna-Miquel.pdf>.
[24 febrero 2016].
Ponte, C. 2014, Introducción a la traducción
médica. 10 octubre 2014. Cristina Ponte: Blog. Disponible en:
<http://novalo.com/introduccion-la-traduccion-medica/>. [24 febrero
2016].
Yaiza Almengló
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